La infancia debe convertirse para todxs lxs niñxs en una oportunidad extraordinaria de aprendizaje constante, de crecimiento, de superación… y para eso es imprescindible que las madres y los padres dejemos que elijan, que exploren, que prueben y se equivoquen.
Nuestro papel debe ser, fundamentalmente, el de acompañarles y hacerles sentir que si persisten pueden conseguir aquello que quieren. Hay que explicarles lo importante que es sacar del error todo lo positivo, enseñarles que es una posibilidad de volverlo a intentar.
Tenemos que entender que la sobreprotección irá en contra de su desarrollo como personas capaces, y que la resiliencia y la buena gestión de las emociones es un proceso que se aprende y requiere de mucha práctica.
Además los padres y las madres nos convertimos en su referente, por lo que será importante que nos vean reconocer nuestros propios errores, cómo gestionamos nuestras emociones en esos momentos y cómo afrontamos de nuevo la situación para conseguir nuestros objetivos.